Por: Edith Lopez
El pintor ruso nacido en 1903 e inculcado en el judaísmo ortodoxo desde su niñez, emigró a Estados Unidos en 1910 junto con su familia por una mejora económica, donde incursionó su carrera como artista.
Su obra ha sido profundamente influenciada por los recuerdos de las persecuciones y asesinatos de los judíos en la II Guerra mundial, durante su niñez. El temor invadía Dvinsk, lugar de su nacimiento, debido a los asesinatos en las ciudades de su alrededor. Rothko declaró que las formas rectangulares que aparecían en su pintura referían ocasionalmente a las excavaciones en los bosques cerca de Dvinsk donde enterraban a los judíos secuestrados y asesinados por el partido zarista. Estas imágenes lo perseguían interiormente hasta que formaron parte de él.
Asimismo, su educación en la escuela religiosa de la sinagoga basada en la oración, traducción de textos hebreos y aprendizaje del Talmud, le brindó el carácter espiritual y reflexivo con el que trabajó cada uno de sus abstractos. “El arte no es solo representación, sino también “revelación”, “profecía”.” era un ideal romántico que adoptó el artista en sus clases de dibujo con el pintor norteamericano Max Weber, quien rescataba el espíritu divino que trasmitían las obras de arte.
Las pinturas que expondremos continuación han sido seleccionadas por su valor histórico en la transición del arte en el tiempo y en la experiencia del artista de un hecho de la historia universal que influenció toda su obra, la II Guerra Mundial. El periodo en que se ubican estas obras es el último de toda su creación artística y data de 1949 a 1970.
"A menudo, hacia el anochecer, hay una sensación en el aire de misterio, amenaza, frustración, todos ellos a la vez. Me gustaría que mis pinturas para tener la calidad de esos momentos".
Mark Rothko
Mark Rothko
Sin título (Violeta, negro,naranja, amarillo sobre blanco y rojo)
1949
Óleo sobre lienzo
207 x 167,6 cm
Nueva York, The Solomon R. Guggenheim Museum, donación de Elaine y Werner Dannheiser y The Danheiser Foundation, 1978
El “expresionismo abstracto” indicaba la descripción de un proceso, una metodología de trabajo que partía de la exteriorización de los sentimientos a través de la acción pictórica. Y esto dio lugar a dos grupos de artistas dentro de la Escuela: los que realizaban pintura de acción (“action painting”) cuyos representantes eran Jackson Polloc, Willem de Koning y Franz Kline, y los que realizaban pinturas del campo de color (“colorfield painting”) que reemplazaban la acción gestual de la anterior, por la fuerza emocional del color mismo.
Y en este último grupo se encontraba Mark Rothko cuyo arte reflejaba una realidad social bajo el filtro de su propia experiencia.
Esta obra caracterizada por sus colores encendidos muestra un estado emocional más que dejó la posguerra. El mayor contraste se encuentra en la línea central negra junto al bloque rojo superior que nos trae a la relación de un cielo de sangre sobre campos dorados. Tiene un formato vertical y una línea de horizonte a manera de paisaje. Es una obra representativa del campo del color cuya intención era crear emociones en el espectador a través de un color en formato sobredimensionado.
Creamos pinturas cuya realidad es evidente, que resultan bellas o sublimes sin necesidad de soportes ni muletas, ni de asociaciones con cuadros obsoletos. Nos desprendemos del lastre de los recuerdos, de la asociación, la nostalgia, la tradición, el mito o cualesquiera que fueran los instrumentos de la pintura en la Europa occidental. En lugar de construir catedrales basándonos en Cristo,el ser humano o la “vida” misma, creamos cuadros basándonos en nosotros mismos y en nuestros sentimientos interiores. La pintura que producimos es tan convincente, real y concreta como una revelación, comprensible para todos aquellos que no la contemplen a través del nostálgico filtro de la historia del arte” Barnett Newmanm, 1948, Expresionista abstracto de la Escuela de NY.
Obra 2
Nro 3/Nro 13 (Magenta, negro, verde sobre naranja)
1949
Oleo sobre lienzo
216,5 x 163,8cm
Nueva ayORK, The Museum of Modern Art, legado de la Sra. Rothko a través de The Mark Rothko Foundation, Inc, 1981.
El conflicto dramático de sus obras parte de las recorridas tensiones de contraste de color, reforzado con la evasión del color al límite del formato de sus composiciones y la sujeción de sus colores a la suspensión en el espacio. Esto era para él una real tragedia.
Rothko aplicaba cada capa de color rápidamente y luego un suave trazo del pincel mayormente por los bordes. Él sostenía que el color debía ser exhalado por el lienzo.
Esta obra, como la mayoría de esta temporada, forma parte de la corriente estética “Color-field painting” o “pintura de campos de color” dentro de la Escuela de Nueva York, de la que Rothko era miembro. Esta corriente se caracteriza por las composiciones simples, pre minimalistas y de grandes formatos. Era llamada, la pintura de la posguerra, ya que era la que más representaba el espíritu colectivo de esa época.
La composición vertical con elementos horizontales a manera de ritmos o códigos de barras crea un dinamismo visual que se contrapone al peso de los colores, éstos generan que el espectador suspenda su mirada en cada relación de color y sobre todo en el gran bloque negro que absorbe todo tipo de vibración.
Mark Rothko
Nro 5 (Sin título)
1949
Oleo sobre lienzo
215,9 x 160cm
Norfolk, Virginia, The Chrysler Museum of Art, legado de Walter P. Chrysler Jr.
Rothko era el Van Ghoh de la época. Logró una producción llena de carga emocional en un lenguaje contemporáneo.
La composición de esta obra es nuevamente de formato vertical, con fondo gris y elementos horizontales: un bloque marrón, seguido de uno ocre, luego uno azul más grande y partido por una textura negra, un nuevo bloque ocre delgado, un bloque azul más oscuro y finalmente uno azul aguado. Podemos notar que Rothko realiza variaciones de texturas a modo de juego pero con un orden e intención. Va desde un azul aguado hasta un relieve de materia de pintura negra. Esto le permite crear espacialidad y sensibilidad en su obra. Las variaciones sutiles de color también ayudan a captar el ojo del espectador, envolverlo en el espíritu de la obra, de tal modo que la contemple y pronto consiga una experiencia personal.
Esta pintura también forma parte de Campos de Color debido a su gran formato e intensidad de un color predominante.
Cabe resaltar que al artista no le interesa que la obra porte un significado, sino que el espectador obtenga su propio significado después de la experiencia. Para Rothko significa la carga emocional con que la realizó, y del mismo modo desea que el significado sea una misma carga emocional para quien la ve.
Nro 24 (Sin título)
1951
Oleo sobre lienzo
236,9 x 120,7 cm
Tel Aviv Museum of Art, donación de The Mark Rothko Foundation, Inc, 1986
Este cuadro muestra una vez más la tragedia. No representa un lugar, personaje u objeto. Es un cuadro resuelto de color y forma. Compuesto por 4 colores: Negro, ocre, crema claro y plomizo, rojo y un fondo ocre pastel. Podemos notar la invasión de los colores en todo el espacio, casi el fondo no se nota. Y al mismo tiempo, la competencia de tres de ellos por predominar en proporción. Pero aparece el crema, el color más claro, como naciendo del fondo. Para mí puede significar una esperanza tenue en esa presión de fuerzas propio de los conflictos de la guerra
La paleta que usa el artista son de colores tierras. Los ritmos de los elementos son constantes y posee poca iluminación.
Rothko no tenía la intención de defender una ideología específica. Su familia estaba a favor de la revolución rusa. Pero él no era un rebelde social ni revolucionario. Su actitud era romántica más que política, defendía los derechos de los trabajadores respecto al derecho de huelga y control de la natalidad, puntos específicos a favor de la vida humana. Se interesó por la música y aprendió a tocar la mandolina y el piano de oído.
Nro 2 (Azul,rojo y verde)
1953
Oleo sobre lienzo
205,7 x 170,2 cm
Suiza, colección privada
En este cuadro de Campos de color percibimos una composición casi cuadrangular compuesto por dos bloques: uno amarillo que porta una franja naranja y uno azul puro en la parte inferior. No existe reflejo alguno de luz más que la vibración de los colores, esto identificaba a este estilo. Encontramos un contraste de colores complementarios: naranja y azul, un índice de dos estados de ánimo en un mismo cuerpo o situación.
Rothko a menudo se sentía incomprendido por el que rodeaba su obra. Según James Breslin, “Rothko quería que el yo de sus cuadros fuera difícilmente inteligible, que no estuviera ligado a nada”, “Mi arte no es abstracto; vive y respira” decía el artista. En sus últimos periodos de producción artística negaba su interés por el color y la forman, él decía que solo le interesaba expresar las emociones humanas “más elementales” y para esto, solo necesitaba un espectador sensible.
“Un cuadro cobra vida ante la presencia de un espectador sensible, en cuya conciencia se desarrolla y crece”. Mark Rothko
Obra 6
Nro 14/ Nro 10 (Verde amarillo)
1953
Oleo sobre lienzo
Los Angeles, propiedad de Frederik R. Weisman
Aunque el artista negaba su interés por el color, era evidente que era su máximo medio y herramienta para la expresión de su obra.
La expansión del color en grandes áreas servía para invitar al espectador a una experiencia con una realidad trascendente. La espiritualidad en la que fue inculcado en su niñez se ve claramente reflejada en esta obra. Las variaciones sutiles de amarillos, verdes y naranjas de esta pintura nos revela una presencia, la profecía de un ser mayor a todos los desastres y la tensión.
“Lo que me gustaba especialmente de Rothko es que sus cuadros no contenían ideas concretas. Por su espontaneidad resultaban sencillamente pura abstracción. Cuando pienso en sus obras lo primero que veo es el color, la plenitud, el derroche de luz, el resplandor que desprenden sus colores y que tan imponente resulta. Sus dark paintings no me interesan especialmente (…) Su sentido de las proporciones queda patente en un cuadro, pongamos por caso una gran superficie amarilla sobre la cual extiende blanco, encima una fina de capa de negro cubierta de blanco y mezclada con gris, y a continuación una pequeñísima área negra con rojo en el borde inferior y algo de color en las esquinas. La aplicación del color también es muy importante. Admiro la pincelada de Rothko (…), uno siente como acaricia el lienzo. Su pintura parece absorber el color, brillar incandescente.” Ellsworth Kelly, 1997
Obra 7
Sin título
1956
Oleo sobre lienzo
124,5 x 78,7
Colección privada por gentileza de Knoedler Gallery, NY
Este cuadro pertenece al movimiento de Abstracción expresionista, protagonizada por un grupo de pintores estadounidenses denominados “expresionistas abstractos”, por primera vez reconocidos internacionalmente en la historia del arte norteamericano. Esta agrupación se formó en Nueva York después de la crisis económica de la II Guerra Mundial y es conocida como Escuela de Nueva YUork o New York School.
Es una obra que refleja la tensión de la tragedia de las guerras. Si bien es cierto, Rothko no usa un lenguaje descriptivo figurativo, sí recurre a la vivencia del espectador para la identificación sensorial de éste con sus obras.
Nos encontramos ante la representación apaisajada de un espacio con luz interior. Los ritmos usados son horizontales y verticales que dividen el cuadro en 4 planos distintos: el fondo ojo, el elemento marrón inferior, seguido del negro superior y finalmente el amarillo central que emite luz desde el fondo.
El trazo de pincel es fino y poco rígido por sus contornos indefinidos, pero muy cargado de energía. Los colores usados son ricos en pigmento en 4 tiempos: desde el más luminoso (amarillo) hasta el más oscuro (negro) y usa, en general, una paleta cálida de tonos rojizos.
Tiene textura pastosa pero no sobresaliente
La luz se concentra en la parte central e irradia hacia la parte inferior. Al mismo tiempo hay una tensión amenazante por parte del rectángulo negro superior, pero que no intimidante para la franja de luz, ésta no deja de brillar y se intensifica con el contraste que le genera.
Rothko permite que esta obra note un estilo distinto de expresión del drama. Su estética se basa en el color y la forma espacial relacionados a la experiencia visual de un espectador, un ideal revolucionario para la pintura clásica de Europa.
Después de la exposición “15 Americans” del Museo de Arte Moderno de NY en 1952, las obras del expresionismo abstracto despertaron interés en Europa y triunfó como movimiento artístico ante críticos y coleccionistas en todo el mundo.
Nro 7 (Oscuridad sobre un fondo de luz)
1954
Oleo sobre lienzo, 228,3 x 148,6 cm
California, The Semel Collection
En esta composición vertical notamos una carga emocional infinita limitada por un opuesto. Puede ser dolor, invasión de luto o vacío. Pero, muestra al mismo tiempo lo contrario: el bloque blanquecino en la parte inferior. Una vez más Rothko se sirve del contraste máximo en grandes formatos para expresar la fatalidad del destino, de la vida del ser humano, la tragedia de Portland, entre otros.
Obra 9
Negro sobre rojo intenso
1957
Óleo sobre lienzo
176,2 x 136,5 cm
San Antonio (TX) , por gentileza de SBC Communicatrions Inc
Este cuadro pertenece al movimiento de Abstracción expresionista de 1952. Se encuentra situado en el periodo de sufrimiento, caos y terror, consecuencias de la II Guerra mundial. Es la presentación de una situación real, un instante de la vida cotidiana o toda la vida cotidiana de ese entonces. La guerra fue un hecho del que nadie podía huir, a pesar que había terminado, ella quedó perenne en la mente de sus testigos.
Esta obra representa la muerte, la tragedia que había sufrido la humanidad. El cuadro es vertical y visualmente está dividido en 3 bloques: el superior marrón rojizo, el central y de mayor proporción es negro y el inferior y de menor proporción también negro con sutiles bordes rojos. El fondo es marrón anaranjado que le da un carácter terrenal a la obra. El trazo de las pinceladas es enérgico y ordenado al mismo tiempo, como una euforia encasillada a punto de desbordarse. La paleta que usa posee colores de tierra muy cálidos y con un bajo contraste de negro a marrón anaranjado. Posee una luz tenue en la parte inferior, reflejo de la poca vida.
El artista refleja el drama de la muerte sin recurrir a la representación figurativa de la pintura europea del siglo XIX, sino al resultado de la experiencia de espectador frente a su obra, propio de la pintura norteamericana emergente. Este acto es para él, la consumación de su obra.
“Y si tuviera que depositar mi confianza en algo lo haría en la psique del espectador sensible, libre de los parones de pensamiento convencionales. No sabría nada del uso que éste haría de los cuadros para satisfacer las necesidades de su propio espíritu. Cuando se dan ambos – necesidad y espíritu-, entonces existe la garantía de un verdadero intercambio” Rothko a Katherine Kuh, 14 de julio de 1954
1962
Oleo sobre lienzo
Oleo sobre lienzo
175,5 x 168 cm
Seúl, Museo de Arte Ho-Am
En esta obra de Campos de Color notamos una composición casi minimalista. El artista usa solamente 3 tonos sólidos que no poseen luz más que la sola vibración del color. En escala de grises podemos leer que el color más claro se encuentra en el fondo a manera de ocre, el tono medio viene a ser el rojo que compite en proporción con el bloque negro superior. En las obras de Rothko visualizamos un fuerte interés de colocar el elemento más pesado en la parte superior de la imagen, esto puede darnos a entender que es el color que representa el espíritu que más desea transmitir o el que genera la tensión que él desea que el espectador capte su obra.
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