Fecha: 1814-1815
Edición: 1ª ed., Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1863
Técnica: Aguafuerte, punta seca, buril y bruñidor. Estampación con entrapado
Soporte: Papel avitelado ahuesado grueso
Medidas: 176 x 220 mm [huella] / 248 x 341 mm [papel]
LAS DIFERENTES FASES Y FACETAS DE UN CONFLICTO
Por: Jhonny Plaza
Por: Jhonny Plaza
Los desastres de la guerra son una series de grabados en los cuales Francisco de Goya retrata los horrores de la guerra de la independencia española, en ellos se tratan temas muy específicos de como se pasa del sufrimiento a la muerte tomando un tono un poco alto sobre la atrocidad que se puede cometer en un conflicto en donde hoy en día no hay como tal una dignidad heroica como lo había si nos remontamos varios siglos atrás en que era un honor ir a la guerra, volviendo al presente, enterados de que vivimos una era mas pacífica, es todavía horroroso ver como Goya unificó en esta serie de grabados (82) una fidelidad crítica sobre este acontecimiento.
Goya separo sus 82 grabados en tres etapas diferentes, la primera muestra la crueldad de la guerra, la segunda refleja el sufrimiento de las personas involucradas en ella y en la tercera muestra el poder desmedido absolutista de Fernando VII.
Si nos detenemos en el grabado numero 3 nos encontramos soldados decapitando personas, las cuales se podría decir que son inocentes, pero remontándonos la crueldad de la escena da para pensar la injusticia con que se trata a las personas ya sea que tengan o no la razón, esto se puede observar mejor en el grabado numero 25 en donde es normal el uso de los civiles como coloquialmente se dice "carne de cañón", si una persona no está parcialmente dañada y tiene la energía necesaria, es capaz de pararse de la camilla de un hospital e ir a pelar demostrando "patriotismo" por su país ya sea que entiendan el concepto del porque se están involucrando o no.
Aún así cómo las injusticias dadas por los soldados también se da la "venganza" de aquellas personas que se sintieron subyugadas por aquella crueldad, esto se refleja en el grabado numero 27, en donde se ve un grupo de ciudadanos tirando como despojos que ya no se requieren a los soldados en una fosa común propinándoles de sus pertenencias, dando a entender ese orgullo que se siente quitarle ese poder al monstruo que te ha quitado el derecho de ser persona.
Apartándonos un poco de las injusticias de la guerra de lado y lado, encontramos otro grabado en cual se unen en una especie de lugar fantasmagórico los esqueletos de soldados y civiles representando que la muerte es igual y que aquello de la violencia no resuelve absolutamente nada dejando aparte la gran indiferencia que sentían algunos personajes en aquella y actual época.
En el último grabado numero 71 que he hecho de esta selección se refleja un anciano con una forma antropomorfa, escribiendo nuevas leyes que pueden cambiar el transcurso de un conflicto, este actúa como un legislador para llegar a un acuerdo, pero terminado solamente en palabras sin llegar a una realidad en la que se vea realizado, demostrando una vez mas que los ideales son pacíficos pero la historia es violenta.
AJENO SACRIFICIO
Por: Alejandra Ramírez
A veces, se compara la crueldad del hombre con la de las fieras, y esto es injuriar a las fieras. Porque las fieras no alcanzan nunca el refinamiento de los hombres.
Los hermanos Karamázov. Dostoievski.
Llama la atención el hecho de que los grabados de Goya de la serie Los desastres de la guerra no fuesen conocidos en su momento sino por un reducido círculo de personas. Si se piensa esto desde la técnica empleada, el grabado, que no solamente permite cierta rapidez en el hacer, sino también la reproducción de la imagen, resulta algo paradójico que al público no le fuese dado conocerlas hasta 1863. Si se piensa, por el contrario, en el empleo del grabado en esta serie, dejando a un lado la inclinación de Goya por éste, más por su riqueza visual que práctica, sería pertinente decir que es justamente la crudeza de la imagen, en alto contraste entre los blancos y negros, las líneas definidas pero toscas, en algunos casos, lo que justifica dicha escogencia. ¿Cómo, si no de la manera que lo hizo Goya, hubiese sido posible representar sin mayores artificios la inhumanidad a la que lleva la guerra al hombre?
Los grabados de la serie Los desastres de la guerra hacen alusión a la Guerra de la Independencia española (1808-1814), cuando grupo de Madrid, y después de otras ciudades, se levantaron contra las tropas napoleónicas, lo cual devino en brutales actos cometidos tanto por instigadores como instigados. Goya no representa lugares ni sucesos específicos de la guerra, sino que presenta, con el pretexto de lo que acontecía en su país, la deshumanización a la que conduce la guerra, las distintas maneras en que la violencia es ejercida, y aquello a lo que irremediablemente conduce: la muerte. No sólo los actos de brutalidad nos son presentados por Goya en estos grabados, sino también la desolación y desesperanza posteriores, que incrementan, en este caso, con la reacción absolutista de Fernando VII.
He decidido centrarme en cinco de los grabados, tomando como criterio de selección la representación de niños que, en el caso de esta serie, se nos presentan junto a mujeres. Los grabados escogidos son: (5) Y son fieras, (30) Estragos de la guerra, (50) Madre infeliz!, (57) Sanos y enfermos y (60) Si son de otro linaje. Reitero que he escogido dichos grabados por la presencia de niños en ellos y no particularmente por los fenómenos concretos a que cada uno alude, como lo son la respuesta del pueblo español a los asedios, bombardeos y la hambruna que lo agobió durante la guerra.
Para ilustrar el punto que pretendo tratar aquí, traigo a colación que su carácter es universal, así como el de la serie de Goya, que es innegable. En Los hermanos Karamázov, Iván habla a su hermano Aliosha acerca de la existencia de Dios y manifiesta que la acepta; no obstante, rechaza su creación. El argumento que Iván presenta a Aliosha acerca del porqué de su postura, tiene que ver precisamente con los niños. No logra concebir que éstos deban sufrir a tan temprana edad para compensar por los pecados ajenos, puesto que ellos mismos no han probado el fruto prohibido:
¿Te imaginas a esa infeliz criatura, a merced del frio y la oscuridad, sin saber lo que le ocurre, golpeándose con los puños el pecho anhelante, derramando inocentes lágrimas y pidiendo a Dios que la socorra? ¿Comprendes este absurdo? ¿Puede tener todo esto algún fin? Contéstame, hermano; respóndeme, piadoso novicio. Se dice que todo esto es indispensable para que en la mente del hombre se establezca la distinción entre el bien y el mal. ¿Pero para qué queremos esta distinción diabólica pagada a tan alto precio? Toda la sabiduría del mundo es insuficiente para pagar las lágrimas de los niños. No hablo de los dolores morales de los adultos, porque los adultos han saboreado el fruto prohibido. ¡Que el diablo se los lleve! ¡Pero los niños...!
Los grabados de la serie Desastres de la guerra no son del todo ajenos a esta cuestión. En alrededor de diez de estos grabados hay representaciones de este tipo, donde niños, usualmente presentados con mujeres de las que podría decirse son sus madres, aparecen muertos, derrumbados, famélicos, en una actitud que no puede ser sino de una inocente confusión.
¿Cómo no simpatizar con la opinión de Iván acerca del más injusto de los actos que no sólo es deleitarse con el sufrimiento ajeno, sino voltear la cara ante la atrocidad de los actos cometidos contra la más inocente de las criaturas? No pretendo con esto convencer, ni apelar al sentimiento de quien lea, sino mostrar que el carácter universal de esta serie de grabados no es gratuito, que el abandono de las especificidades históricas por parte de Goya y la crudeza de la representación le permite ubicar al espectador no solamente al nivel de un testigo, sino de quien se avergüenza de lo que ve. De manera similar se avergüenza Iván y rechaza contundentemente
Opino que vale menos que una lágrima de niño, una lágrima de esa pobre criatura que se golpeaba el pecho y rogaba a Dios en su rincón infecto. Sí, esa armonía vale menos que estas lágrimas que no se han pagado. Mientras sea así, no se puede hablar de armonía. Borrar esas lágrimas es imposible. «Los verdugos padecerán en el infierno», me dirás. ¿Pero qué valor puede tener este castigo, cuando los niños han tenido también su infierno? Por otra parte, ¿qué armonía es esa que requiere el infierno? Yo deseo el perdón, el beso universal, la supresión del dolor. Y si el tormento de los niños ha de contribuir al conjunto de los dolores necesarios para la adquisición de la verdad, afirmo con plena convicción que tal verdad no vale un precio tan alto.
No hay causa que amerite el sacrificio de la vida de un niño. Es precisamente aquí donde convergen estas dos obras. Goya no solamente representa la muerte y la violencia, sino también cómo es capaz de deshumanizarse quien es víctima, como sucede en el grabado (5) Y son fieras, donde una mujer que sostiene a un infante ataca con una lanza a un soldado francés. No pretendo juzgar aquí la actitud de la mujer, sino mostrar de qué manera afecta la barbarie ajena la propia.
Debido a que, a pesar del momento histórico específico en que se enmarca esta serie de grabados, Goya no hace alusión a lugares, sucesos o personajes particulares, es pertinente otorgarle el calificativo de universal, aunque no solamente aquello baste para hacerlo. Es determinante para calificarla de tal forma la crudeza con que el artista español muestra las consecuencias y los actos mismos de la violencia, que a fin de cuentas no es ejercida solamente por los opresores, sino que deviene en la deshumanización de quienes son oprimidos. Esto no es exclusivo de la Guerra de la Independencia; la misma universalidad de la barbarie ajena a ninguna guerra que presenta Goya contundentemente es lo que la saca de su estrecho contexto, para hacerla fiel muestra de las consecuencias de la desbordada pasión humana.
INMINENTE MUERTE, INMINENTE SOLEDAD
Por: Aura Rico
En la producción de Goya no es la primera vez que se tratan temas como violencia e injusticia, es más, algunas de sus obras han sido vinculadas a este eje temático tanto por que narran o representan acontecimientos históricos, como es evidente en el lienzo “Los Fusilamientos” (1814) o en “La lucha con los mamelucos" (1814), como también porque muestran un conflicto mucho más interno y que se aleja de lo anecdótico, como es el caso de “Saturno devorando a un hijo”(1820-1823). En los “Desastres de la Guerra”, Goya reafirma nuevamente su posición frente al conflicto bélico y las consecuencias fatídicas y nefastas que conlleva para la sociedad y de manera más puntual para la clase popular, la cual, gracias a la contundencia de los 82 grabados puede reconocerse como la población más afectada e indefensa. Las estampas o grabados representan los sucesos acontecidos durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). Aunque se conoce que Goya no estuvo presente en todos los eventos y que tampoco estos hacen alusión mimética de los acontecimientos, “la obra respira el horror que el pueblo tenia á sus opresores.” (Mélida, 1865) y hace un fuerte énfasis en “[…] el sentimiento de desamparo que embarga al hombre contemporáneo, solo y arrodillado, ante la oscura tragedia que se avecina.” (Mantilla, 2008).
Las cinco láminas escogidas: Triste presentimientos de lo que ha de acontecer (1) ,Y no hai remedio (15), Por una navaja (34), Tampoco (36) y Las camas de la muerte (62), además de tener similitudes en su composición y por ende en su apreciación parcial, también las tienen en cuanto a color y espacios vacíos. Más estas no fueron las razones esenciales para la selección. Más allá de los aspectos formales, estas 5 láminas están anunciando acontecimientos por suceder y muestran la debilidad del hombre que se enfrenta a fuerzas castrantes y superiores a él; en ellas se ve la facultad para representar con mayor efectividad el sentimiento de soledad y desasosiego que invade al sujeto que espera su muerte sin reclamo alguno, puesto que conoce lo inevitable que es para su destino. Por ejemplo en Por una navaja (15) “el sentido de soledad aparece reforzado […] al haber aislado la figura en el patíbulo, grabándola con intensas líneas de aguafuerte mientras que el espacio a su alrededor permanece casi completamente en blanco, a excepción del público que, desde un nivel más bajo, contempla la ejecución” (J.M. Matilla, 2008).
Este tratamiento de la imagen es reconocible en las otras cuatro, en donde se expone un gran personaje principal que destaca sobre el paisaje u otros personajes de segundo o tercer rango; gracias al tipo de composición piramidal que estimula a una lectura de arriba a abajo se puede apreciar en primera medida el personaje principal , permitiendo de este modo que sea él quien capture nuestra atención casi de inmediato; sobre este personaje principal gira la narrativa de la lámina, puesto que conmueve al espectador de tal manera que lo hace preguntarse por el destino de aquel desgraciado hombre, quien espera su final con los brazos abierto y la cabeza mirando hacia lo alto, aceptando las injusticias cometidas contra él y su humanidad, esperando que llegue el descanso, esperando que llegue su muerte inminente.
LA CONDICIÓN HUMANA A TRAVÉS DE GOYA
Por: Manuel Guzmán
Por: Manuel Guzmán
En 1814, Goya, describía a través de una serie de grabados un acontecimiento histórico, referente a la guerra de independencia en Zaragoza. Estos grabados “ Los desastres de la guerra” no construían precisamente una postura política, sino que se embarcaban desde una narrativa casi periodística, de la condición humana y la banalidad entre el bien y el mal
El 2 de mayo de 1808, la población de Madrid se levanta en armas contra las tropas napoleónicas, que ocupaban el espacio español. Estas protestas trajeron levantamientos populares en el resto de las ciudades de la península, entre ellos Zaragoza, una de las poblaciones que resistía de una manera heroica uno de los mas fuertes asedios, que generarían con ellos ríos de sangre y sufrimiento para la población. Goya que a través de sus cuadros y grabados en sus últimos momentos, representa diferentes facetas de la humanidad. “ los [desastres] son la máxima expresión que un artista haya sido capaz de realizar de la irracionalidad de la violencia y de sus terribles consecuencias sobre el hombre” escribe mantilla sobre los grabados de Goya. Hannah Arendt hablaba de los artificios humanos que generaban una condición para la construcción de la banalidad de hombres cumpliendo ordenes y dentro de la complejidad del mal. Estas construcciones de Mantilla y Arendt en Goya muestran unos artificios humanos, que generaban la banalidad. Como lo era una de sus estampas “si son de otro linaje”. Que a través de esa narrativa periodística, se muestra la indiferencia y la lucha de clases, o en otros de sus grabados, donde a través de claros oscuros y rostros desgarrados muestra las condiciones del mal, grabados como “Nada, ellos dirá” o “Que locura”.
Goya en su narrativa, en sus trazos fuerte, en su manejo de la luz, en las construcciones del vacío, genera diferentes aspectos teóricos que nos llevan a estudiar, las atrocidades de la guerra y las condiciones humanas. Estos aspectos están en cada una, incluyendo las guerras actuales y han mostrado distintas facetas humanas que no dejan mas para el artista que construir “un monstruo” pero un monstruo que entre lo más banal de la humanidad deja desgarramientos y desigualdades sociales.
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